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  1. Sin embargo, en la Biblia encontramos ejemplos que nos enseñan cómo Dios usa la turbulencia como un instrumento de disciplina, corrección y crecimiento espiritual. A través de historias y ejemplos bíblicos, podemos encontrar consuelo, fortaleza y dirección en medio de las tormentas de la vida. Anuncio. Índice.

  2. Nosotros los hijos de Dios al igual que los aviones y las águilas vamos encontrarnos en nuestra vida turbulencias muy fuertes que nos quieren derribar, tormentas fuertes que tienen la fuerza para derribarnos, y al igual que los aviones y las águilas podemos elevarnos, no físicamente, pero si espiritualmente, para que pase lo que ...

  3. La Palabra de Dios nos brinda mensajes poderosos que nos invitan a confiar en Él y a buscar la calma en medio de las tormentas. Salmos 46:10: «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra». Esta afirmación nos recuerda que debemos detenernos y reconocer la grandeza de Dios.

  4. Mateo 8:23-27. Dios Habla Hoy. Jesús calma la tormenta. 23 Jesús subió a la barca, y sus discípulos lo acompañaron. 24 En esto se desató sobre el lago una tormenta tan fuerte que las olas cubrían la barca. Pero Jesús se había dormido. 25 Entonces sus discípulos fueron a despertarlo, diciéndole: —¡Señor, sálvanos! ¡Nos estamos hundiendo!

  5. Este relato me hizo pensar que a lo largo de nuestra vida vamos a encontrar sucesos que, de manera literal, van a “sacudirnos como una turbulencia”. Habrá momentos en los que veremos el suelo y, aun así, nuestros pies no pisarán lugar seguro; otros donde no encontraremos de dónde sostenernos y estaremos inseguros.

  6. Si dudas, te hundirás en el mar embravecido, y si crees, Dios premiará tu fe y te sacará de allí. Cada tormenta que atravesamos en nuestra vida, es una prueba para conocernos a nosotros mismos. Dios te conoce, y sabe que ante la circunstancia te vas a espantar, el que no lo sabe eres tú.

  7. Dios es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda muy presente en los problemas”. El Salmo 46 es una poderosa afirmación de la presencia y el poder de Dios en medio de la agitación. Nos llama a “estar quietos y saber” que Dios es soberano y ofrece una profunda sensación de paz incluso cuando nos enfrentamos al caos.