Resultado de búsqueda
14 de mar. de 2018 · ¿Estás dispuesto a rendir tu corazón delante de Dios por amor a Él? Segunda forma de amar a Dios: Con toda el alma. El alma es el centro de los sentimientos y emociones; definen nuestra persona, es decir, lo que somos. Nuestro Señor nos ordena amarlo con todo ello sin limitarnos.
- Llamados a Amar a Dios
La presencia de Dios se manifiesta en aquellos que buscan su...
- Avanzando en Victoria
No se trata de positivimo ni buenas vibras, ... Fuimos...
- Tú Ya Tienes el Poder
Sin embargo, cuando hemos entregado nuestra vida entera a...
- Todo Le Pertenece a Dios
Entonces, ¿cómo es que estamos hechos a la imagen de Dios? A...
- La Verdadera Justicia Es Dios
Es para quienes se arrepienten y deciden vivir apartados...
- Llamados a Amar a Dios
Hemos querido hacer una recopilación de actos sencillos de amor que muchas veces pasamos por alto pero que, en su sencillez son manifestaciones concretas del amor de Dios.
Ya tienes lo que se necesita para crear una relación extraordinaria con Dios. Revisemos cada una de las maneras en las que Dios quiere tu amor. Ama con todo tu Corazón. Amar a Dios con todo tu corazón significa reservar lo mejor de tu afecto para Él.
Tres componentes. Si queremos amar a Dios, debemos hacerlo como Él lo desea. No podemos simplemente diseñar nuestro propio sistema de adoración. Para amarlo verdaderamente, debemos guardar sus mandamientos, y hacerlo con cada aspecto de nuestro ser —nuestro corazón, nuestra alma y nuestra mente.
Cómo amar a Dios. Los creyentes necesitamos reconocer cómo amar a Dios y que Dios es amor. Para demostrarlo mejor, Dios nos envió a su hijo Jesús para salvarnos de nuestros pecados. Dios desea que lo amemos y que también amemos a otros...
10. Ama al prójimo. 11. Acostúmbrate a leer la biblia cada día. 12. Desarrolla un hábito de oración diario. 13. Estudia la Biblia con diligencia. 14. Alaba y adora al Señor. 15. Expresa tu gratitud a Dios. 16. Difunde el mensaje del Evangelio.
En resumen, aplicar el amor de Dios en nuestra vida implica amar a Dios sobre todas las cosas, amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, perdonar y reconciliarnos con los demás y compartir las buenas nuevas del evangelio.