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Los rayos X dentales son pruebas que utilizan radiaciones ionizantes para detectar daños en los dientes y las encías. En este artículo te explicamos qué son, cómo funcionan, qué tipos hay y para qué sirven.
Los rayos x dentales son fundamentales en el diagnóstico de problemas odontológicos, ya que permiten visualizar estructuras internas como dientes, huesos y tejidos blandos que no son visibles a simple vista. Además, son una herramienta clave para planificar tratamientos con precisión y evaluar la progresión de enfermedades bucodentales.
Las radiografías dentales son un tipo de imagen de los dientes y la boca que usa rayos X. Se pueden tomar de manera digital o en una película, y se pueden hacer de diferentes formas según la estructura que se quiere examinar. Las radiografías pueden ayudar a diagnosticar y tratar enfermedades y lesiones de los dientes y mandíbulas, así como a planear el tratamiento apropiado.
Las radiografías, comúnmente conocidas como rayos X, son una herramienta importante para ayudar al dentista a diagnosticar adecuadamente las necesidades de su salud oral. Estas le permiten al dentista ver más allá de lo que sus ojos pueden ver. Los rayos X ayudan al dentista a determinar si usted tiene caries dentales
Proyección cefalométrica. Radiografía de haz cónico. Rayos X de aleta de mordida. Las radiografías de aleta de mordida son muy comunes y son una forma común de radiografía que se toma con fines preventivos porque son una excelente manera de ver cualquier caries entre el esmalte o debajo de la línea de las encías.
Los rayos X panorámicos son un examen dental con rayos X bidimensionales que captura imágenes de la boca entera, incluyendo los dientes, la mandíbula y las estructuras circundantes. Se utiliza para diagnosticar y tratar problemas dentales y médicos, como enfermedades periodontales, tumores, sinusitis y cáncer oral. El examen requiere poco o nada de preparación especial y se realiza con una pequeña dosis de radiación.
¿Los rayos X dentales son seguros? Todos los rayos X son peligrosos para el tejido vivo. La cantidad de radiación recibida en radiografías dentales es pequeña; sin embargo, como cualquier tipo de radiación, produce daño biológico.
