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  1. Pierre-August Renoir es uno de los más importantes representantes del impresionismo francés, movimiento del siglo XIX que revolucionó la tradición pictórica. Renoir destacó por el estudio de los efectos lumínicos, la sensualidad del trazo y la creación de atmósferas vaporosas por medio del juego entre luces y texturas.

  2. Renoir posee una vibrante y luminosa paleta que hace de él un impresionista muy especial. El palco, El columpio, Baile en el Moulin de la Galette, Almuerzo de remeros y Las grandes bañistas son sus obras más representativas.

  3. 25 de feb. de 2024 · Pintando al aire libre, las verdaderas protagonistas de sus obras eran las luces y la sensación efímera del momento. Renoir puede ser definido como el pintor de la alegría: para él, pintar significaba la alegría de vivir, la búsqueda de la belleza y la fascinación frente a la naturaleza.

  4. En 1877, en la tercera exposición de los impresionistas, Renoir expuso más de veinte obras, entre las que se encontraban paisajes pintados en París, a orillas del Sena, fuera de la ciudad y en el jardín de Monet, estudios de rostros, de mujeres y de ramos de flores, los retratos de Sisley, de la actriz Jeanne Samary, del escritor Alphonse ...

  5. El artista francés Pierre-Auguste Renoir no solo fue una figura clave del arte del siglo XIX; también tuvo un papel muy importante dentro el movimiento impresionista. Junto con Claude Monet, Edgar Degas y Camille Pissarro, Renoir forjó su propio camino y rechazó la tradición pictórica de la academia francesa.

  6. 24 de feb. de 2021 · Pierre Auguste Renoir, pintor impresionista; Diana la Cazadora (1867), una de las obras de Renoir más importantes; La Grenouillère (El palco (1874), otra obra de Renoir muy conocida; Baile en el Moulin de la Galette (1876) Los grandes bañistas (1884-87) Pierre Auguste Renoir, pintor impresionista

  7. Su participación en las exposiciones impresionistas finalizó tras la tercera, celebrada en 1877, y a partir de 1878 sus obras fueron admitidas en el Salon oficial. Este cambio de actitud coincidió con una crisis creativa en la que Renoir se desvinculó del impresionismo.