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  1. Contexto histórico. El origen del realismo, movimiento de la segunda mitad del siglo XIX, se encuentra intrínsecamente ligado a la novela épica, a la novela naturalista y a la novela mágica.Además de ser una de las selecciones literarias por excelencia en el género del llamado romanticismo tardío, Madame Bovary constituye uno de los puntos de referencia para el movimiento del realismo.

  2. Capítulo I. Conocemos a Carlos Bovary a sus quince años, cuando entra por primera vez a su clase en un colegio de Ruán, ante el escrutinio del profesor y sus compañeros. Por su aspecto y su conducta sumisa, es burlado por los demás alumnos, y el profesor, lejos de ayudarlo, lo somete a lecciones que lo humillan más.

  3. Especialista en artes, literatura e historia cultural. Escrita por el francés Gustave Flaubert, Madame Bovary es la novela cumbre del realismo literario del siglo XIX. En su momento, la novela despertó tal escándalo que Flaubert fue procesado por ella. ¿La razón?

  4. Carta hecha pedazos (Símbolo) Durante su primera estadía en Ruán, Emma escribe una carta a León en la que le anuncia que ella no puede tener un romance con él porque es una mujer casada. En su encuentro con él en la catedral, Emma le entrega esa carta, pero León no la lee en el momento. Enseguida, él la convence de subirse juntos a un ...

  5. la clase, y el profesor, que por fin logró captar el nombre de Charles Bovary, después de que éste se lo dictó, deletreó y releyó, ordenó inmediatamente al pobre diablo que fuera a sentarse en el banco de los desaplicados al pie de la tarima del profesor. El muchacho se puso en movimiento, pero antes de echar a andar, vaciló.

  6. En efecto, Flaubert lee El Quijote en 1847 y cuando empieza a escribir Madame Bovary, en 1851, reconoce la influencia cervantina en su escritura. En última instancia, ambos términos, quijotismo y bovarismo, designan un estado en el cual los individuos echan mano de la imaginación y la fantasía para liberarse de las ataduras de una realidad que los condena y los limita.

  7. Madame Bovary, novela de Gustave Flaubert, representa la obstinación de la descripción. Esta novela es de las que recuerdan con detalle el dibujo lineal, casi hecho con compás: calculado, trabajado, recto en todos los ángulos y, en definitiva, seco y árido.