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  1. La ética kantiana es una teoría deontológica que se fundamenta en la postura que dice que lo único bueno que existe es la voluntad y que por esta razón, una acción únicamente puede ser buena si su principio subyacente está en regla con la ley moral.

  2. La ética kantiana, también conocida como ética deontológica, es una teoría ética desarrollada por el filósofo alemán Immanuel Kant. Esta teoría se centra en la idea de que las acciones morales deben basarse en el deber y la razón, y no en las consecuencias o resultados de las acciones.

  3. La ética kantiana es una teoría ética deontológica formulada por el filósofo Immanuel Kant. Desarrollada como producto del racionalismo ilustrado, está basada en la postura de que la única cosa positiva intrínseca es una buena voluntad; por lo tanto una acción solo puede ser moral si su máxima —el principio subyacente— obedece a la ley moral.

  4. 9 de oct. de 2023 · La Teoría de la Ética de Kant, también conocida como Ética Deontológica, fue desarrollada por el filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804). Esta teoría se basa en el principio de que el comportamiento moral se debe basar en la ética, no en la religión o los sentimientos personales.

  5. 3 de oct. de 2023 · La ética kantiana es una teoría moral que se basa en la razón como la base de la moralidad. A través de principios como el imperativo categórico y la buena voluntad, Kant nos insta a actuar de acuerdo con deberes morales universales.

  6. 8 de oct. de 2022 · La ética de Kant es tan potente porque trasciende de circunstancias, individualidades o condicionales. Tampoco es una ética que agote la libertad de la persona; más bien es garante, porque adquiere sentido precisamente en el seno de esta libertad.

  7. 6 de oct. de 2023 · La ética kantiana es una teoría ética propuesta por el filósofo Immanuel Kant que se centra en la importancia de la conducta justa y universal. Esta ética se basa en la idea de que nuestras acciones deben ser guiadas por principios morales racionales y universales, en lugar de seguir meramente nuestros deseos o impulsos.