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  1. 3 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo ...

  2. Desobediencia del hombre. 1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto del árbol que está ...

  3. 2 —Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. 3 Pero en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol ni lo toquen; de lo contrario, morirán”. 4 Pero la serpiente dijo a la mujer: —¡No es cierto, no van a morir! 5 Dios sabe muy bien que cuando coman ...

  4. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: «No comeréis de ningún árbol del huerto»? 2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: «No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis ». 4 Y la serpiente dijo a ...

  5. Este versículo se relaciona con la maldición pronunciada de Dios sobre el hombre y la mujer después de la caída, como se describe en Génesis 3, y destaca cómo Cristo nos rescató de esta maldición al convertirnos en una maldición para nosotros.

  6. Génesis Capítulo 3 La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yavé Dios había hecho. Dijo a la mujer: '¿Es cierto que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del jardín?' La mujer respondió a la serpiente: 'Podemos comer de los frutos de los árboles del jardín, - Biblia Católica (Latinoamericana)

  7. Dios dijo: “No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán”. 4 —¡No morirán! —respondió la serpiente a la mujer—. 5 Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal. 6 La mujer quedó convencida.

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