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El aparato digestivo está formado por el tracto gastrointestinal, también llamado tracto digestivo, y el hígado, el páncreas y la vesícula biliar. El tracto gastrointestinal es una serie de órganos huecos unidos en un tubo largo y retorcido que va desde la boca hasta el ano.
El proceso de digestión comienza en la boca, donde los dientes muelen la comida y las enzimas de la saliva comienzan a descomponer los carbohidratos. Luego, el alimento pasa por el esófago hasta llegar al estómago, donde se mezcla con ácidos y enzimas que continúan descomponiéndolo.
La digestión es necesaria para absorber los nutrientes de los alimentos y se produce a través de dos procesos: la digestión mecánica y química. Objetivos de aprendizaje. Describir los procesos y funciones del sistema digestivo. Puntos Clave. Dos funciones importantes del sistema digestivo son la digestión y la absorción.
La digestión es el proceso de transformación por hidrólisis de los alimentos en moléculas suficientemente pequeñas para que atraviesen la membrana plasmática por vía mecánica o química. [1]
El sistema digestivo ingiere y digiere alimentos, absorbe los nutrientes liberados y excreta componentes alimentarios que son indigeribles. Las seis actividades involucradas en este proceso son la ingestión, la motilidad, la digestión mecánica, la digestión química, la absorción y la defecación.
La digestión es el proceso mediante el cual nuestro cuerpo descompone los alimentos que consumimos para extraer los nutrientes necesarios y funciona por fases.
Contiene órganos que regulan la ingesta de alimentos, su digestión y la absorción de la materia útil que estos contienen. Además de esto, el sistema digestivo también elimina los productos de desecho de los alimentos y de varios procesos metabólicos endógenos.