Yahoo Search Búsqueda en la Web

Resultado de búsqueda

  1. Cuento de El Gato con Botas: adaptación del cuento de los Hermanos Grimm. Érase una vez un molinero que tenía tres hijos. El hombre era muy pobre y casi no tenía bienes para dejarles en herencia. Al hijo mayor le legó su viejo molino, al mediano un asno y al pequeño, un gato.

  2. Hermanos Grimm. Érase una vez un molinero que tenía tres hijos, su molino, un asno y un gato. Los hijos tenían que moler, el asno tenía que llevar el grano y acarrear la harina y el gato tenía que cazar ratones. Cuando el molinero murió, los tres hijos se repartieron la herencia.

  3. arbolabc.com › cuentos-clasicos-infantiles › el-gato-con-botasEl gato con botas | Árbol ABC

    Audio de texto a voz para una lectura asistida. Érase una vez un molinero muy pobre que dejó a sus tres hijos por herencia un molino, un asno y un gato. En el reparto, el molino fue para el hijo mayor, el asno para el segundo y el gato para el más joven. Éste último se lamentó de su suerte en cuanto supo cuál era su parte. —¿Qué será de mí?

  4. Cuento corto: El Gato con Botas. ¡Disfrútalo! ¡Aquí tienes el audio cuento! 00:00. Esta antigua historia comienza con la muerte del molinero, un viejo hombre que vivía con sus tres hijos, entre los cuales repartió su humilde herencia.

  5. Versión 1: Cuento de El gato con botas. Érase una vez un viejo molinero que tenía tres hijos. El molinero solo tenía tres posesiones para dejarles cuando muriera: su molino, un asno y un gato. Estaba en su lecho de muerte cuando llamó a sus hijos para hacer el reparto de su herencia.

  6. Resumen. Un pobre molinero fallece dejando como única herencia al pequeño de sus hijos un gato. El joven decide quedarse con él y éste le promete que si confía en él y le consigue un par de botas y un saco, saldrán de la pobreza. El astuto gato se hace pasar por siervo de un gran marqués impresionando con sus regalos al rey.

  7. El hijo del molinero le dio al gato todo lo que le pidió. El Gato con Botas ahora partió hacia la jungla. Puso una trampa con zanahorias y atrapó un conejo. También atrapó un par de perdices con el grano que su amo le había dado. Luego, fue a encontrarse con el rey. Le presentó las perdices y el conejo y dijo: “¡Su Majestad!