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La avaricia (del latín, avaritia) es el afán o deseo desordenado de poseer riquezas, bienes, posesiones u objetos de valor abstracto con la intención de atesorarlos para uno mismo, [1] mucho más allá de las cantidades requeridas para la supervivencia básica y la comodidad personal.
La avaricia es el deseo incontrolable y desordenado por acumular bienes, riquezas u objetos de valor, más allá de las necesidades mínimas de la supervivencia, con la única intención de atesorarlos para uno mismo.
Del latín avaritia, la avaricia es el afán o deseo desordenado y excesivo de poseer riquezas para atesorarlas. Desde un punto de vista religioso se trata de un pecado y de un vicio ya que trasciende lo lícito y lo moralmente aceptable.
Definición RAE de «avaricia» según el Diccionario de la lengua española: 1. f. Afán desmedido de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas.
️En este artículo, exploraremos el concepto de avaricia, un deseo insaciable de riqueza o posesiones materiales. Analizaremos cómo la avaricia afecta a las personas y a la sociedad, sus causas y consecuencias, así como formas de manejar este impulso destructivo.
La avaricia es el deseo, ansia o afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para acumularlas. Esta palabra procede del latín avaritĭa, y a su vez del verbo avēre (desear con ansia).
La avaricia es un concepto que se refiere a la obsesión por conseguir dinero, bienes materiales o poder de manera indiscriminada y sin límites. Es una actitud egoísta que se enfoca en la acumulación de riquezas a cualquier costo, sin importar el daño que pueda causar a otras personas o al entorno.