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  1. bibliotecadigital.ilce.edu.mx › Colecciones › CuentosMasCaperucita Roja - ILCE

    Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había manda-do hacer una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja. Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo:

  2. 29 | CAPERUCITA ROJA El famoso cuento de Caperucita Roja fue escrito originalmente por el francés Charles Perrault hace más de 300 años y está incluido en su volumen Cuentos de Antaño. En el auténtico final de este cuento, el Lobo se come a la abuelita y a Caperucita Roja sin que nadie pudiera rescatarlas. El último párrafo reza así:

  3. Como le quedó tan bien todo el mundo la llamó desde ese momento Caperucita Roja. ACOSTÓ EN LA CAMA PARA DESCANSAR ... QUÉ NARIZ MÁS GRANDE TIENES ES PARA OLERTE CAPERUCITA ABUELA MEJOR Abuela, ¡qué nariz más grande tienes! Es para olerte mejor, Caperucita.

  4. 7 de mar. de 2024 · Descubre el cuento clásico de Caperucita Roja, al final de la entrada encuentra el formato en PDF para imprimir. Caperucita Roja | Cuento tradicional. Charles Perrault. Adaptación ©Miss Norbiel. Había una vez una niña llamada Caperucita Roja, que vivía en un pequeño pueblo rodeado por un espeso bosque.

  5. visto; su madre la quería con locura, y su abuela todavía la quería más. Esa buena mujer hizo para su pequeña una capa con capucha de color rojo, que le quedaba tan bien, que en todas partes le llamaban Caperucita roja. Un día su madre, después de cocinar un bizcocho, le dijo: —Vete a ver que tal está la abuela, porque

  6. web.seducoahuila.gob.mx › biblioweb › uploadCaperucita Roja

    El lobo devoró a la Abuelita y se puso el gorro rosa de la desdichada, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita Roja llegó enseguida, toda contenta. La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada. - Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!

  7. - Lo haré todo muy bien, seguro - asintió Caperucita Roja, besando a su madre. La abuela vivía lejos, en el bosque, a media hora de la aldea. Cuando Caperucita Roja llegó al bosque, salió a su encuentro el lobo, pero la niña no sabía qué clase de fiera maligna era y no se asustó. - ¡Buenos días, Caperucita Roja! - la saludó el lobo.