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Jesús, el buen pastor. 10 En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador. 2 Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. 3 A este le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. 4 ...
- Juan 10
Jesús, el buen pastor - En verdad, en verdad os digo: el que...
- Juan 10
Con esta parábola, Jesús explicó a sus oyentes el gran contraste que había entre él, el buen pastor, y los líderes religiosos de la época, a quienes comparó con ladrones y asaltantes. Jesús, como buen pastor, cuida de sus ovejas y las protege. Sus ovejas conocen su voz y lo siguen voluntariamente.
La parábola del buen pastor, compartida por Jesús en el Evangelio de Juan 10:1-18, ofrece una visión conmovedora y profunda del amor y cuidado divinos.
Así sabrían por qué se llamaba a sí mismo el buen Pastor. «Soy la puerta para las ovejas». El pastor permanece en la puerta principal. Él sabe cuáles son sus ovejas y deja que sus ovejas pasen por la puerta. Mantiene alejados a, todos los animales salvajes que podrían lastimar a sus ovejas.
Yo soy el buen pastor. Yo conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre; y yo pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a aquellas debo traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor.
El buen pastor da su vida por las ovejas. 12 El asalariado no es el pastor, y a él no le pertenecen las ovejas. Cuando ve que el lobo se acerca, abandona las ovejas y huye; entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa. 13 Y ese hombre huye porque es un asalariado, no le importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.