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  1. Mas he aquí, hasta ahora no has escuchado”. 17 Así dice el Señor: “En esto conocerás que yo soy el Señor: he aquí, yo golpearé con la vara que está en mi mano las[ d] aguas que están en el Nilo, y se convertirán en sangre. 18 Y los peces que hay en el Nilo morirán, y el río se corromperá[ e] y los egipcios tendrán asco de[ f] beber el agua del N...

  2. Este río sagrado y hermoso, el benefactor y preservador de su país, este lugar de nacimiento de sus dioses principales, esta morada de sus deidades menores, esta fuente de toda su prosperidad, este centro de toda su devoción, se convierte en sangre: las aguas apestan. ; los canales y estanques, las vasijas de madera y las vasijas de piedra ...

  3. manchado el río con la sangre de los niños de hebreos y, ahora, Dios había convertido el río en. sangre. Nunca habían tenido sed de sangre, pero, tarde o temprano, se hartaron. Era una plaga. significativa; Egipto dependía mucho de su río, Zacarías xiv, 18; de modo que el atacar el río, para.

  4. Éxodo 7:17 - Comentario completo de John Trapp. Así ha dicho el SEÑOR: En esto conocerás que yo soy el SEÑOR; he aquí, heriré con la vara que tengo en la mano las aguas que están en el río, y se convertirán en sangre. Ver. 17.

  5. El río de Egipto, tan hermoso a la vista, se convirtió en sangre. Y así, las cosas más bellas del país, del hogar, de la persona, pueden volverse desagradables y odiosas por el estiramiento de la vara divina. Cuando la necesidad llega sobre los pecadores, prefieren buscar alivio que pedirlo a Dios.

  6. A la vista del faraón y de todos sus funcionarios, Aarón extendió su vara y golpeó el agua del Nilo. De repente, ¡todo el río se convirtió en sangre! 21 Murieron los peces del río y el agua quedó tan asquerosa que los egipcios no podían beberla. Había sangre por todas partes en la tierra de Egipto.

  7. 20 Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre. 21 Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él.