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Cuento clásico de los hermanos Grimm. © Versión escrita por Paola Artmann. Audio de texto a voz para una lectura asistida. Érase una vez una hermosa joven que vivía con su madrastra y dos hermanastras que la obligaban a hacer todo el trabajo de la casa. La pobre joven tenía que cocinar, limpiar y también lavarles la ropa.
Cenicienta era pobre, no tenía padres y vivía con su madrastra, una mujer viuda muy cascarrabias que siempre estaba enfadada y dando ordenes gritos a todo el mundo.
Cuento original de La cenicienta. Érase una mujer, casada con un hombre muy rico, que enfermó, y, presintiendo su próximo fin, llamó a su única hijita y le dijo: “Hija mía, sigue siendo siempre buena y piadosa, y el buen Dios no te abandonará. Yo velaré por ti desde el cielo, y me tendrás siempre a tu lado.”.
La Cenicienta Charles Perrault Había una vez un gentil hombre que se casó en segundas nupcias con una mujer, la más altanera y orgullosa que jamás se haya visto. Tenía dos hijas por el estilo y que se le parecían en todo. El marido, por su lado, tenía una hija, pero de una dulzura y
Cenicienta ¡la pieza! Pero doña Adelaida,.. Esta noche, castigada sin cenar. ¡Así aprenderás! ¿Qué haces ahí pa rada? Los cristales todavía no están limpios! Cuando acabes, recoges la ceniza de la chimenea y la entlerras en el jardín, junto al abeto. Suena la campana de la puertas. MADRASTRA: Cenicienta, abre la puerta.
“La Cenicienta” es un cuento popular, de autor anónimo, que forma parte de la literatura oral de muchos pueblos. Su origen no es claro, y su procedencia se puede rastrear en diferentes lugares,
La cenicienta. Un hombre rico tenía a su mujer muy enferma, y cuando vio que se acercaba su fin, llamó a su hija única y la dijo: -Querida hija, sé piadosa y buena, Dios te protegerá desde el cielo y yo no me apartaré de tu lado y te bendeciré. Poco después cerró los ojos y espiró.
