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El Leñador y el Bosque. Un leñador, talando árboles del bosque, no daba descanso a sus brazos. De su empeño no escapaban abetos ni encinas, hasta que se rompió el mango de su hacha. —¡Oh, Dios, por fin habrá paz y tranquilidad en mi mundo! —exclamó el bosque.
El leñador y el bosque. Había una vez un leñador que pasaba sus días en el bosque talando sin descanso. Un día, tras horas y horas de golpear su hacha contra los troncos de los árboles, ésta terminó por romperse, dejando al leñador sin la herramienta con la que se ganaba la vida.
El Leñador y el Bosque. Cierta vez, se encontraba un Leñador talando arduamente los árboles del bosque hasta que, después de tanto talar y talar, se rompió el mango de su hacha. El Bosque muy contento dijo: " ¡Que bien!, ¡por fin habrá paz y tranquilidad en mi mundo!
29 de nov. de 2012 · Un leñador, talando los árboles del bosque, no daba descanso a sus brazos. Después de tanto bregar con los ellos, al fin, se rompió el mango de su hacha. Entonces todo el bosque exclamó:
29 de nov. de 2012 · El Leñador y el Bosque Un leñador, talando los árboles del bosque, no daba descanso a sus brazos. Después de tanto bregar con los ellos, al fin, se rompió el mango de su hacha.
Fábula infantiles que ayudan a los niños a desarrollar la imaginación
Unos leñadores trabajaban en un bosque. Al cabo de unas horas decidieron hacer un descanso y uno de ellos, que estaba sediento, se acercó al río para beber. En un descuido, su hacha cayó al agua y el leñador, a pesar de entrar en el río para buscarla, no pudo encontrarla. – ¡Oh, no!