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Mateo 8:23-27. Dios Habla Hoy. Jesús calma la tormenta. 23 Jesús subió a la barca, y sus discípulos lo acompañaron. 24 En esto se desató sobre el lago una tormenta tan fuerte que las olas cubrían la barca.
Cuando pasa el torbellino, ya no existe el impío, pero el justo {tiene} cimiento eterno. Me alzas al viento, me haces cabalgar {en él,} y me deshaces en la tempestad. cuando venga como tormenta lo que teméis, y vuestra calamidad sobrevenga como torbellino, cuando vengan sobre vosotros tribulación {y} angustia.
En (Jn 11:11) les dice a los discípulos: "Nuestro amigo Lázaro duerme, pero voy para despertarlo"; por supuesto, aquí se refiere al sueño de la muerte y a despertarlo en una resurrección corporal.
Cuando Jesús "mandó pasar al otro lado" (Mateo 8:18), sabía que venía la tormenta. Él es omnisciente (Juan 2:25); incluso con una tormenta amenazante, decidió salir al mar. El Señor nunca prometió que nunca veremos una tormenta en la vida (de hecho, nos ha dicho que esperemos problemas, Juan 16:33).
23 Cuando entró Jesús en la barca, sus discípulos le siguieron. 24 Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido. 25 Y llegándose a El, le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálva nos, que perecemos!…
Un día, Jesús subió a una barca con sus discípulos y les dijo: ―Vamos al otro lado del lago. Y partieron. Mientras navegaban, él se quedó dormido. Entonces se desató una tormenta sobre el lago, y la barca comenzó a hundirse poniéndolos a ellos en peligro.
La Biblia nos enseña que, en medio de las tormentas inesperadas de la vida, debemos confiar en Dios y buscar refugio en Él. En el libro de Salmos, se nos dice que Dios es nuestro refugio y fortaleza, siempre dispuesto a ayudarnos en tiempos de angustia.
