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La historia de Sansón y Dalila es mucho más que una sensacional historia de amor u otra batalla más entre los israelitas y sus enemigos paganos. Es una historia de cómo Dios puede usar incluso a hombres quebrantados, pecadores y defectuosos como Sansón para lograr sus grandes y gloriosos propósitos.
Sansón estaba tan harto de la insistencia de Dalila que le reveló la verdad: nunca le habían cortado el cabello porque era nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer. Si le afeitaban la cabeza, perdería su fuerza (Jueces 16:17).
Nueva Versión Internacional. Sansón y Dalila. 16 Un día Sansón fue a Gaza, donde vio a una prostituta. Entonces entró para pasar la noche con ella. 2 Al pueblo de Gaza se le anunció: «¡Sansón ha venido aquí!». Así que rodearon el lugar y toda la noche estuvieron al acecho junto a la puerta de la ciudad.
Jueces 16:4-31. Reina-Valera 1960. Sansón y Dalila. 4 Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila. 5 Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo ...
Historia de Sansón y Dalila. Sansón y Dalila Los enemigos de Sansón lo dejaron en paz por veinte... Sansón Destruye el Templo de los Filisteos. Gana el más fuerte Cuando los filisteos se llevaron arrastrados a Sansón, se... Según el relato bíblico, Sansón fue de los últimos jueces israelitas antiguos.
Los filisteos aún querían hacer prisionero a Sansón. Un día, después de tantos años. Sansón de enamoró de nuevo. La mujer que amaba se llamaba Dalila; era una mujer malvada. Ella hizo un trato con los filisteos. Iba a engañar a Sansón para entregarlo a sus enemigos. Ellos le darían a ella muchas monedas de plata. Una y otra vez le ...
Entonces cada uno de nosotros te dará mil cien piezas de plata. 6 Dijo, pues, Dalila a Sansón: Te ruego que me declares dónde está tu gran fuerza y cómo se te puede atar para castigarte . 7 Y Sansón le dijo: Si me atan con siete cuerdas frescas que no se hayan secado, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre. 8 Los príncipes de ...
