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‘Les dijo: «Si escuchas atentamente la voz de Jehová, tu Dios, y haces lo recto delante de sus ojos, das oído a sus mandamientos y guardas todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié sobre los egipcios traeré sobre ti, porque yo soy Jehová, tu sanador».’. Éxodo 15:26. Versículo Anterior | Versículo Siguiente.
Éxodo 15:26 - Comentario de la Biblia de Estudio de Ginebra. Y dijo: Si escuchas con diligencia la voz del SEÑOR tu Dios, y haces lo que es recto en sus ojos, y escuchas sus mandamientos y guardas todos sus estatutos, no pondré a ninguno de ellos. estas enferme...
15 de jul. de 2014 · Tendemos a ser como los israelitas en el éxodo: A la primera dificultad empezamos a llorar, nos desesperamos y nos quejamos que la vida es dura. Parece que Dios nos ha desamparado. No podemos ver que Elim nos espera por delante, un lugar de manantiales refrescantes y la sombra de setenta palmeras.
Los israelitas ahora están viajando hacia adelante. Pero surgen nuevas necesidades. Necesitan agua para saciar su sed. La vida no es una canción de triunfo prolongada, pronto se vuelve a querer de nuevo. Las experiencias de la vida son variadas y cambiantes, y pronto pasan del gozo al dolor.
"Porque yo soy Jehová, que te sana" (Éxodo 15:26). Ahora se abre un nuevo capítulo de la historia, el de los errantes; comprende los siguientes pasajes. 1. Dos meses para el Sinaí. 2. Once meses en el Sinaí. 3. Treinta y ocho años de asentamiento virtual en el desierto de Paran. 4. Marcha sobre Canaán en el último año.
Éxodo 15:26 Y dijo: Si escuchas atentamente la voz del SEÑOR tu Dios, y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, el SEÑOR, soy tu sanador.
y dijo: Si oyeres atentamente la voz del SEÑOR tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad, de las que envié a los egipcios, te enviaré a ti; porque yo soy el SEÑOR tu Sanador.
