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  1. La pobre viuda y su modesta oferta. Al resaltar a la viuda que arroja dos pequeñas monedas de cobre, Jesús rompe con la lógica convencional. En un mundo que valora la grandeza y la ostentación, Él resalta la belleza y profundidad de la aparentemente insignificante ofrenda de esta mujer.

  2. 25 de mar. de 2021 · El ejemplo de la viuda (Lucas 21:1-4) Lectura: Lucas 21:1-4. Levantando Jesús la vista, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca del tesoro. Vio también a una viuda pobre que echaba allí dos pequeñas monedas de cobre; y dijo: «En verdad les digo, que esta viuda tan pobre echó más que todos ellos; porque todos ellos ...

  3. La ofrenda de la viuda - Marcos 12:41-44. (Mr 12:41-44) "Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre ...

  4. La ofrenda de la viuda en Lucas 21:3 «En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos«. Vamos a reflexionar en la actitud de una mujer pobre y viuda que entregó todo lo que tenía y la posición que tuvo el Señor Jesucristo ante este gesto de esta mujer.

  5. El versículo de la Biblia Marcos 12:42 nos habla de una viuda pobre que echó dos blancas (un cuadrante) en el lugar de adoración. Este pasaje nos muestra la importancia del acto de dar, incluso si lo que tenemos para ofrecer parece insignificante en comparación con lo que otros pueden dar.

  6. Cuando una viuda pobre dio dos pequeñas monedas de cobre al tesoro del Templo, la ofrenda de la viuda se convirtió en una parábola de la vida real para los discípulos de Jesús. La historia de la ofrenda de la viuda -a veces llamada el ácaro de la viuda- se encuentra en Marcos 12:41-44 y Lucas 21:1-4. La generosidad de la mujer en esta ...

  7. La viuda pobre, para quien toda esperanza era Dios. Quien no espera algo, no lucha por ello. Por: P. Juan J. Ferrán | Fuente: Catholic.net. Encontramos este relato en Mc 12, 41-44. Nos encontramos ante una escena que nos enseña la perspicacia de Cristo y el espíritu de observación que le caracterizan.