Resultado de búsqueda
Pobres Gentes del autor Fiódor Dostoyevski es una obra maestra literaria que te sumergirá en la vida de los menos afortunados con una profundidad y sensibilidad únicas. Descarga ahora mismo Pobres Gentes en formato PDF y embárcate en un viaje emocional , explorando las páginas de esta magnífica obra de Dostoyevski de forma gratuita.
Pobres gentes León Tolstoi En una choza, Juana, la mujer del pescador, se halla sentada junto a la ventana, remendando una vela vieja. Afuera aúlla el viento y las olas rugen, rompiéndose en la costa... La noche es fría y oscura, y el mar está tempestuoso; pero en la choza de los pescadores el ambiente es templado y acogedor.
estoy, pobre de mí, más acompañado, y también me resulta más barata esta combinación. En esta casa, el cuarto más pequeño cuesta, incluyendo la comida, treinta y cinco rublos al mes. ¡Y eso no lo podría soportar mi bolsa! Pero mi rinconcito me viene a salir sólo por siete rublos, y por la comida pago cinco, mientras
Pobres gentes fue considerada como una verdadera obra de arte, y su autor fue aclamado como la más grande promesa de las letras rusas. Fiodor Mijaílovich Dostoyevskii debuta como escritor, goza de su momento de gloria y la fama se le sube a la cabeza… dejémoslo disfrutar el momento; pronto, mucho más
[Cuento - Texto completo.] León Tolstói. En una choza, Juana, la mujer del pescador, se halla sentada junto a la ventana, remendando una vela vieja. Afuera aúlla el viento y las olas rugen, rompiéndose en la costa… La noche es fría y oscura, y el mar está tempestuoso; pero en la choza de los pescadores el ambiente es templado y acogedor.
20 de sept. de 2017 · Descargar Pobre Gente gratis en formato PDF y EPUB. Descargar Pobre Gente, de Fedor Mikhaïlovitch Dostoïevski para kindle, tablet, IPAD, PC o teléfono móvil.
Fedor Dostoievski. © Pehuén Editores, 2001 )1 ( fFEDOR DOSTOIEVSKI POBRES GENTES. «¡No, señor, no quiero nada con esos urdidores de cuentos! En vez de. escribir algo útil, agradable, consolador, se complacen en rebuscar las más peque- ñas menudencias de este mundo, para esparcirlas por ahí. Yo, sencillamente, les. prohibiría coger la pluma.