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  1. Solo tres cuadros se desvían de forma importante de esta tónica y se pueden denominar retratos . Es muy probable que las modelos, dadas las edades y aspectos de las representadas, las jóvenes mujeres que con una minuciosidad cariñosa pintara Johannes Vermeer, se trataran de sus propias hijas.

  2. 27 de may. de 2024 · La joven de la perla no es un retrato, como sí lo es el cuadro La Mona Lisa de Leonardo da Vinci. La obra de Vermeer pertenece a un género pictórico que se conoce como tronie, que significa “rostro” o “cabeza” en neerlandés. El tronie consistía esencialmente en el estudio de tipos de personajes.

  3. Sus primeras obras fueron de tipo histórico, pero alcanzó la fama gracias a su pintura costumbrista, muchas veces considerada de género, que forma la mayoría de su producción. Sus cuadros más conocidos son Vista de Delft y La joven de la perla. En vida fue un pintor de éxito moderado.

  4. 1. La joven de la perla. Galería Real de Pinturas Mauritshuis, La Haya, Holanda. Sin duda, "La joven de la perla" (1665 - 1667) es una de las pinturas más famosas a nivel mundial. Corresponde al retrato de una chica misteriosa con mirada sugerente.

  5. 15 de feb. de 2017 · Retrato. Título original: Het meisje met de parel. Museo: Mauritshuis, La Haya (Países Bajos) Técnica: Óleo (46,5 × 40 cm.) Escrito por: Emilia Bolaño. Este es uno de los retratos más famosos de la historia del arte, pero todavía no se sabe quién fue la modelo. Aunque lo cierto es que este no es un retrato.

  6. 26 de abr. de 2024 · En 1665 Johannes Vermeer pintó el retrato de una chica de mirada cautivadoramente misteriosa en un lienzo poco más grande que una hoja de papel. El rostro de esta joven ensimismada se ha convertido en uno de los retratos más icónicos de la historia del arte, a la altura, incluso, de la Mona Lisa. Pero en este óleo no todo es lo que parece.

  7. Origen. Recientes escritos sobre Vermeer apuntan a que la imagen era un tronie, nombre que se daba en Holanda en el siglo XVII a las efigies peculiares o expresivas, de uso decorativo, que no tenían intención de ser un retrato identificable y que en muchos casos los pintores producían para demostrar su pericia.