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  1. El amor: El hijo. Ay hijo, sabes, sabes. de dónde vienes? De un lago con gaviotas. blancas y hambrientas. Junto al agua de invierno. ella y yo levantamos.

  2. El hijo preferido. Cierta vez le preguntaron a una madre cual era su hijo preferido, aquel que ella más amaba. Nada es más voluble que un corazón de madre. Es mi hijo enfermo, hasta que sane. El que partió, hasta que vuelva. El que está cansado, hasta que descanse. El que está con hambre, hasta que se alimente.

  3. 10 poemas para mi hijo: dedícales palabras bonitas. 1. Hijos – Jorge Debravo. El poema «Hijos» de Jorge Debravo parece expresar una compleja mezcla de emociones relacionadas con la experiencia de ser padre. El poeta describe sentimientos de dolor y angustia

  4. En Todo Poemas, te presentamos una selección de hermosos poemas para tu hijo, llenos de amor y ternura. Descubre estos cortos versos que expresan todo el amor y la felicidad que sientes al tener a tu pequeño en tus brazos. ¡Déjate llevar por la magia de las palabras y dedícale un poema a tu hijo!

  5. 1. La noche - Gabriela Mistral. Por que duermas, hijo mío, el ocaso no arde más: no hay más brillo que el rocío, más blancura que mi faz. Por que duermas, hijo mío, el camino enmudeció: nadie gime sino el río; nada existe sino yo. Se anegó de niebla el llano. Se encongió el suspiro azul. Se ha posado como mano. sobre el mundo la quietud.

  6. 17 de dic. de 2012 · Siempre pendientes, siempre amorosos... Cuando dejas de ver a tus hijos como parte de ti estás poniendo barreras entre ambos y lo que es peor aún, entre ellos mismos. El Hijo Preferido. Cierta vez le preguntaron a una madre cuál era su hijo preferido , aquél que ella más amaba. Y ella, dejando entrever una sonrisa, respondió:

  7. 1. Desde el fondo de ti, y arrodillado, un niño triste, como yo, nos mira. Por esa vida que arderá en sus venas. tendrían que amarrarse nuestras vidas. Por esas manos, hijas de tus manos, tendrían que matar las manos mías. Por sus ojos abiertos en la tierra. veré en los tuyos lágrimas un día. 2. Yo no lo quiero, Amada. Para que nada nos amarre.