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Dios se compromete en un pacto con Noé y sus descendientes, diciendo que nunca va a destruir la tierra con un diluvio (Gn 9:8–17). Dios da el arcoíris como señal de Su promesa.
- La Caída de Noé
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Pacto de Dios con Noé -Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. El temor y el miedo de vosotros.
El Pacto de Noé, que se encuentra en Génesis 9:8-17, es la promesa que Dios le hizo a Noé y sus descendientes después del diluvio que destruyó el mundo. El Pacto de Noé tiene varias características distintivas. Primero, es un pacto incondicional.
El pacto de Noé es la promesa de Dios por el cual Él mismo preservará la estabilidad de la naturaleza, una estabilidad que permitirá que Su pueblo prospere y que le proporcione un lugar por el cual Él (Jesús) entre en la historia y traiga salvación (Juan 1:14).
La promesa que le hizo Dios a Noé fue la de nunca más enviar un diluvio que destruyera toda la vida en la Tierra. Dios estableció un pacto con Noé y sus descendientes, simbolizado por el arco iris en el cielo, como señal de esa promesa.
Dios dio esta bendición a Noé y a sus hijos: «Tengan muchos hijos y vuelvan a llenar la tierra. Todos los animales de la tierra temblarán de miedo delante de ustedes. Todas las bestias de la tierra, todas las aves, todos los reptiles y todos los peces se tendrán que someter a ustedes.
Las promesas del pacto de Dios a Noé. Génesis 9:8-9 – Entonces Dios dijo a Noé y a sus hijos con él: “He aquí, yo establezco mi pacto contigo y con tu descendencia después de ti”…. En Génesis 9, la relación del pacto de Dios con Su pueblo a través de Noé se refiere a menudo como el Pacto de Noé.
