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  1. rápido y cómo las náuseas y el dolor inician un nuevo ciclo de vómitos. El tratamiento tiene tres objetivos: identificar y evitar gatillantes, profilaxis y tratamiento en crisis. La profilaxis farmacológica con antidepresivos tricí-clicos (ATC) ha demostrado ser efectiva en múltiples estudios13,17,21, siendo amitriptilina el fármaco más

  2. Los fármacos más recomendados son los antihistamínicos H1 sedantes (dimenhidrinato, difenhidramina, meclozina) (véase la tabla 2) y los anticolinérgicos (escopolamina). En nuestro país, las presentaciones orales o transdérmicas de escopolamina, que son las indicadas para la cinetosis, no están comercializa-das.

  3. Tratamiento de las náuseas y los vómitos. Se tratan cuadros específicos, incluida deshidratación. Aun sin deshidratación significativa, el tratamiento con líquidos IV (solución fisiológica al 0,9%, 1 L o 20 mL/kg en niños) suele inducir la reducción de los síntomas.

  4. Tratamiento El tratamiento eficaz depende, en la mayoría de los casos, de la corrección de la causa subyacente. En primer lugar se debe restablecer el equilibrio hidroe-lectrolítico (4). Farmacoterapia antiemética Su empleo varía dependiendo de la causa de los síntomas, de la respuesta del paciente y de los efec-tos secundarios:

  5. El alivio de los efectos secundarios, lo que se denomina atención paliativa (de apoyo), es una parte importante del tratamiento del cáncer. La intensidad de las náuseas y los vómitos varía entre los pacientes. A veces, estos efectos secundarios mejoran a medida que la persona se adapta al tratamiento, y la mayoría de los efectos ...

  6. Factores que las mejoran: ¿Qué hace mejorar la sensación de náuseas, si es que es posible? Por ejemplo, comer tostadas o galletas saladas. Tratamiento: ¿Cómo hemos tratado las náuseas y cuál ha sido el resultado? Por ejemplo, medicación antiemética.

  7. Resumen. Las náuseas y los vómitos son uno de los efectos adversos más frecuentes de la quimioterapia, y uno de los más temidos por los pacientes. El adecuado control de la emesis aguda y tardía redunda en una mejor calidad de vida y una mayor adhesión de los pacientes al tratamiento.