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  1. - El quinto mandamiento: No matarás, prohíbe dar muerte, golpear, herir o hacer cualquier otro daño al prójimo en el cuerpo, ya por sí, ya por otros; como también agraviarle con palabras injuriosas o quererle mal. En este mandamiento prohíbe igualmente Dios, darse a sí mismo la muerte o el suicidio. 414.- ¿Por qué es pecado grave matar al prójimo?

  2. No matarás (Ex 20, 13). Habéis oído que se dijo a los antepasados: ‘No matarás’; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal (Mt 5, 21-22).

  3. 29 de ene. de 2022 · Amarás a Dios sobre todas las cosas. No tomarás el nombre de Dios en vano. Santificarás las fiestas. Honrarás a tu Padre y a tu Madre. No matarás. Los 10 Mandamientos de la Ley de Dios. No codiciarás los bienes ajenos. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. No darás falso testimonio, ni mentiras.

  4. NO MATARÁS - La vida humana es SAGRADA, porque desde su comienzo, es Dios quien la crea. - Solo Dios es Señor y DUEÑO de la vida, desde que empieza hasta que termina ; nadie, en ninguna circunstancia, tiene derecho a matar a una persona.

  5. 1 de sept. de 2014 · La ley que lo prohíbe es universalmente válida: obliga a todos y cada uno, siempre y en todas partes. (CCC, # 2261) Podríamos señalar que Jesús amplió la prohibición del quinto mandamiento para incluir la ira. En su Sermón del Monte dijo: “Habéis oído que se dijo a los hombres de antaño: 'No matarás ...'.

  6. 11 de oct. de 2018 · ¡No se puede despreciar lo que Dios ha amado tanto! Debemos decir a los hombres y a las mujeres del mundo: ¡No despreciéis la vida! La vida de los demás, pero también la vuestra, porque el mandamiento también es válido para ella: “No matarás”. Hay que decir a tantos jóvenes: ¡No despreciéis vuestra existencia!

  7. 6 de ene. de 2023 · Justamente, el quinto mandamiento de la Ley de Dios es: “No matarás” (Ex 20, Dt. 5). En el Sermón de la Montaña, el Señor recuerda este precepto y añade el rechazo absoluto de la ira, del odio y de la venganza. Más aún, Cristo exige a sus discípulos “presentar la otra mejilla”. A un punto que nos debe obligar a todos a tomar acciones preventivas.