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  1. Génesis 3:15 presenta una visión del conflicto entre el bien y el mal, y cómo se resuelve en Cristo. La promesa nos da esperanza para nuestras vidas cotidianas y nos llama a tomar partido en la lucha contra el mal. Debemos confiar en que Dios cumplirá sus promesas, incluso si no entendemos completamente cómo serán cumplidas.

  2. Génesis 3:15 - Comentario de la Biblia de Estudio de Ginebra. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. (o) Se refiere principalmente a Satanás, por cuya acción y engaño la...

  3. 5 de may. de 2016 · Génesis 3:1 parece decir que el pecado de Eva es más que algo interno; que viene de afuera. ¿La serpiente realmente habló? ¿Por qué no? ¡Pero mira cómo en la Biblia logra crecer como el gran dragón de Apocalipsis 12! La serpiente es un animal asesino y mentiroso (Jn. 8:44), así como un engañador (2 Cor. 11:14; Efe. 6:11).

  4. Génesis 3:15 es un versículo muy importante en la teología cristiana, ya que se considera como el primer anuncio de la salvación en la Biblia. En este pasaje, Dios habla a la serpiente y predice una enemistad entre ella y la "mujer", así como entre su descendencia respectiva.

  5. ¿Qué significa Génesis 3:15? En respuesta directa al engaño de la serpiente y la desobediencia de Adán y Eva, Dios pronuncia maldiciones sobre cada uno de ellos, así como sobre las generaciones venideras.

  6. 5 de mar. de 2018 · 5 Marzo, 2018 | Derek Thomas. A excepción quizá de Juan 3:16, ningún otro versículo en la Biblia es más crucial y definitivo que Génesis 3:15: “Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el talón”.

  7. 18 de nov. de 2016 · Este versículo en Génesis nos muestra que se van a formar bandos, y el apóstol Juan nos muestra cómo identificarlos. “Por lo tanto, podemos identificar quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo. Todo el que no se conduce con rectitud y no ama a los creyentes no pertenece a Dios.” — 1 Juan 3:10 (NTV)