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La extrasistolia ventricular (EV) es una realidad frecuente en la práctica clínica. En los últimos años es más conocida su asociación como causa de cardiopatía y no solamente como un mero marcador de la misma, lo que ha conllevado a cambiar el antiguo paradigma diagnóstico-terapéutico.
Estudios más recientes han mostrado claramente los posibles efectos nocivos de las EV frecuentes en pacientes con un corazón aparentemente normal. Se ha establecido claramente la aparición y la reversibilidad de la miocardiopatía inducida por EV.
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Las extrasístoles ventriculares aisladas apenas influyen en la acción de bombeo del corazón y, por lo general, no producen síntomas, a menos que sean demasiado frecuentes. El síntoma principal es la percepción de un latido fuerte (palpitación) o ausente.
Las extrasístoles ventriculares (EV) son impulsos ventriculares aislados producidos por la reentrada del impulso dentro de los ventrículos o por un automatismo anormal de las células ventriculares. Estas extrasístoles son muy frecuentes tanto en pacientes sanos como con cardiopatías.
En la mayoría de los pacientes, la presencia de extrasístoles ventriculares es un hallazgo benigno; sin embargo, con poca frecuencia pueden desencadenar taquicardia o fibrilación ventriculares, en especial en pacientes con cardiopatía subyacente.
Las extrasístoles ventriculares (originadas en las cavidades inferiores del corazón), son también arritmias muy frecuentes y aparecen en pacientes con y sin enfermedades del corazón. La mayoría de extrasístoles son asintomáticas y pasan inadvertidas.
