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  1. Ausente! La mañana en que a la playa del mar de sombra y del callado imperio, como un pájaro lúgubre me vaya, será el blanco panteón tu cautiverio. Se habrá hecho de noche en tus miradas; y sufrirás, y tomarás entonces penitentes blancuras laceradas. Ausente! Y en tus propios sufrimientos ha de cruzar entre un llorar de bronces

  2. Publicado en 1918, en el libro Los heraldos negros . Lectura en audio con IA (en pruebas) Ausente! La mañana en que me vaya 1. más lejos de lo lejos, al Misterio, 2. como siguiendo inevitable raya, 3. tus pies resbalarán al cementerio. 4. Ausente! La mañana en que a la playa 5. del mar de sombra y del callado imperio, 6.

  3. Ausente (Cesar Vallejo) de César Vallejo. Ausente! La mañana en que me vaya. más lejos de lo lejos, al Misterio, como siguiendo inevitable raya, tus pies resbalarán al cementerio. Ausente! La mañana en que a la playa.

  4. www.poesi.as › cv18020209AUSENTE - Poesi

    Ausente! La mañana en que a la playa del mar de sombra y del callado imperio, como un pájaro lúgubre me vaya, será el blanco panteón tu cautiverio. Se, habrá hecho de noche en tus miradas; y sufrirás, y tomarás entonces penitentes blancuras laceradas. Ausente! Y en tus propios sufrimientos ha de cruzar entre un llorar de bronces

  5. poemario.com › pdf › ausenteAusente

    César Vallejo Ausente Poema original: Ausente! La mañana en que me vaya más lejos de lo lejos, al Misterio, como siguiendo inevitable raya, tus pies resbalarán al cementerio. Ausente! La mañana en que a la playa del mar de sombra y del callado imperio, como un pájaro lúgubre me vaya, será el blanco panteón tu cautiverio.

  6. Ausente! La mañana en que a la playa del mar de sombra y del callado imperio, como un pájaro lúgubre me vaya, será el blanco panteón tu cautiverio. Se, habrá hecho de noche en tus miradas; y sufrirás, y tomarás entonces penitentes blancuras laceradas. Ausente!

  7. Ausente! La mañana en que a la playa del mar de sombra y del callado imperio, como un pájaro lúgubre me vaya, será el blanco panteón tu cautiverio. Se, habrá hecho de noche en tus miradas; y sufrirás, y tomarás entonces penitentes blancuras laceradas. Ausente! Y en tus propios sufrimientos ha de cruzar entre un llorar de bronces