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Fábula corta: El deseo del pastor. Érase una vez un pastor que se encargaba de cuidar una manada de bueyes. Un día se extravió un ternero y él desesperado salió en su búsqueda recorriendo los alrededores, pero nada, no pudo hallarlo.
El deseo del pastorcito. Había una vez un pastorcito que tenía un enorme rebaño de terneros, a los cuales todos los días llevaba a pastar a las montañas. Allí, había verdes praderas en las cuales a ellas les gustaba jugar y comer.
Había una vez un pastorcito que tenía un enorme rebaño de terneros, a los que todos y cada uno de los días llevaba a pastar a las montañas. Allá, había verdes praderas en las que a ellas les agradaba jugar y comer. Mas su amo debía estar todo el tiempo muy pendiente de ellas, puesto que era simple que se perdiesen.
5 de sept. de 2017 · EL DESEO DEL PASTOR. Érase una vez un pastor, que se encargaba de cuidar una manada de bueyes. Un día se extravió un ternero y él desesperado salió en su búsqueda recorriendo los alrededores, pero nada, no pudo hallarlo.
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El deseo del pastor. É rase una vez un pastor que se encargaba de cuidar una manada de bueyes. Un día se extravió un ternero y él desesperado salió en su búsqueda recorriendo los alrededores, pero nada, no pudo hallarlo.
El pastorcito lloró inconsolablemente mientras veía al lobo huir con todas sus ovejas. Al atardecer, el pastorcito regresó a la aldea y les dijo a todos: —El lobo apareció en la colina y ha escapado con todas mis ovejas.
