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  1. Los carcinomas de cérvix uterino se clasifican anatomopatológicamente en 1: – Adenocarcinomas. – Carcinomas epidermoides. – Queratinizantes. – No queratinizantes. – De células pequeñas o indiferenciados.

  2. Este inmunofenotipo avala el diagnostico morfológico de Carcinoma indiferenciado, que a pesar de la negatividad de la Cromogranina presenta morfológicamente rasgos neuroendocrinos. La diferenciación neuroendocrina está presente en menos del 5% de las neoplasias de cérvix.

  3. El carcinoma de células escamosas (epidermoide) representa cerca del 90 % de los casos de cáncer de cuello uterino, y el adenocarcinoma representa el otro 10 %. Los carcinomas de células pequeñas y los carcinomas adenoescamosos son relativamente poco frecuentes.

  4. Si el cáncer ha crecido en los vasos sanguíneos o linfáticos, una opción de tratamiento es una biopsia de cono (con márgenes negativos) con la extirpación de los ganglios linfáticos pélvicos. Otra opción es una cervicectomía radical junto con la extirpación de los ganglios linfáticos pélvicos.

  5. 1 de may. de 2017 · El cáncer de cérvix es el tumor ginecológico más frecuente en las mujeres entre 35 y 55 años de edad en nuestro país. El cáncer de endometrio es el más frecuente de los tumores genitales femeninos.

  6. El cáncer de cérvix es la 4º neoplasia más frecuente en mujeres a nivel mundial, se calcula que en 2020 se diagnosticaron unos 604.000 nuevos casos, suponiendo un 6.5% de los cánceres en mujeres y se registraron un total de 342.000 muertes.

  7. El tumor neuroendocrino, el cual se debe tener en cuenta como diagnóstico diferencial de toda neoplasia de cérvix, requiere de estudios que clarifiquen la historia natural, los factores pronósticos y las intervenciones terapéuticas más apropiadas para este tipo de tumor.