Yahoo Search Búsqueda en la Web

Resultado de búsqueda

  1. A partir del año 1911, Webern comenzó una serie de tres obras que lo llevarían al borde del silencio: las Seis Bagatelas, antes mencionadas; Cinco piezas para orquesta, Op. 10; y Tres pequeñas piezas para violonchelo y Piano, Op. 11.

  2. Escritas de 1911 a 1912, estas Cinco Piezas prolongan la exploración de la pequeña forma emprendida anteriormente con las Seis piezas para orquesta, Op. 6, de 1909. Son las piezas más breves de Webern y están orquestadas para un conjunto de cámara que incluye numerosa percusión (glockenspiel, cencerros, xilófono, campanas…) junto con ...

  3. La obra con la que Webern finalizó sus estudios fue la Passacaglia para orquesta (1908). Armónicamente hablando, es todavía conservadora respecto del Schönberg de la Kammersymphonie o el Salomé de Strauss .

  4. Las diminutas piezas de Webern, que evitan la repetición, son pesadillas parpadeantes, con toques vagabundos de una belleza impresionante perceptibles para los oyentes dispuestos a prestar toda su atención: deja que tus oídos se desvíen durante un milisegundo - a Webern le habría encantado el término, y escribió música a su medida - y ...

  5. 11 de nov. de 2019 · En 1909, a sus veintiséis años, Webern compuso las seis piezas para orquesta. Cada una está escrita entre 11 y 41 compases aludiendo a formas en miniatura, sin embargo la superestructura que emerge por el conjunto de las seis confirma la existencia de una red tejida con un solo impulso musical que le da coherencia.

  6. caminodemusica.com › musica-clasica-contemporanea › anton-webernAnton Webern - Música Clásica

    17 de dic. de 2013 · Algunas de las obras más importantes de Anton Webern son: – Passacaglia, Op.1 – Cuarteto de cuerda, Op.9 – Cinco piezas, Op.10 – Sinfonía, Op.21 – Variaciones para piano, Op.27 – Cuatro canciones para voces e instrumentos, Op.13. Anton Webern: Passacaglia, Op.1. Puede que le interese los siguientes artículos relacionados:

  7. 11 de abr. de 2014 · La música de Anton Webern se caracteriza por una delicadeza extrema, una orquestación perfectamente encajada y sobria, haciendo uso de los mínimos elementos imprescindibles para su comprensión, entretejiendo los timbres instrumentales como nunca nadie lo había hecho antes.