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  1. www.cuentoscortos.com › cuentos-clasicos › cenicientaCenicienta - Cuentos Cortos

    Cuentos clásicos. Autor: Charles Perrault. Edades: A partir de 3 años. Valores: bondad. Érase una vez un hombre bueno que tuvo la desgracia de quedar viudo al poco tiempo de haberse casado. Años después conoció a una mujer muy mala y arrogante, pero que pese a eso, logró enamorarle.

    • Charles Perrault

      Envía tu cuento; Síguenos en: Cuentos ... que tenían siete...

  2. Hubo una vez, hace mucho, mucho tiempo una joven muy bella, tan bella que no hay palabras para describirla. Se llamaba Cenicienta. Cenicienta era pobre, no tenía padres y vivía con su madrastra, una mujer viuda muy cascarrabias que siempre estaba enfadada y dando ordenes gritos a todo el mundo.

  3. En su pequeña habitación en el ático, atesoraba los hermosos sueños de una vida mejor que tenía mientras dormía. «Un sueño es un deseo que hace tu corazón mientras estás profundamente dormido» , explicó a sus únicos amigos, los ratones que vivían en el ático con ella.

  4. La pobre joven tenía que cocinar, limpiar y también lavarles la ropa. Cansada de trabajar, la joven se quedó dormida cerca a la chimenea y cuando se levantó con la cara sucia por las cenizas, sus hermanastras se rieron sin parar y desde entonces comenzaron a llamarla Cenicienta.

  5. La Cenicienta: Un cuento de Esperanza y Magia. En «La Cenicienta», un cuento clásico de los hermanos Grimm, descubrimos lecciones de bondad, resiliencia y el poder del perdón. Érase una vez una dulce niña que quedó huérfana de madre.

  6. Cuento infantil: La Cenicienta. Érase una vez una humilde joven, cuyo difunto padre había contraído, en una ocasión, matrimonio por segunda vez. A la pérdida de sus queridos padres, se sumaba ahora una nueva familia formada por una antipática madrastra y sus dos hijas caprichosas y descaradas.

  7. Había una vez una joven llamada Cenicienta que vivía en una pequeña casa con su cruel madrastra y sus dos envidiosas hermanastras. Cenicienta era una chica amable y de buen corazón, pero su familia la trataba como una sirvienta, haciéndola realizar todas las tareas del hogar.