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  1. Recuerdos del ayer (おもひでぽろぽろ Omohide Poro Poro?, lit. Los recuerdos no se olvidan) es una película de animación japonesa producida por Studio Ghibli, dirigida por Isao Takahata y estrenada en Japón el 20 de julio de 1991. Es la segunda película que Isao Takahata realizó con Studio Ghibli después de La tumba de las luciérnagas (1988). 1 .

  2. 28 de feb. de 2024 · Recuerdos del ayer es una película de animación del año1991, dirigida por Isao Takahata y producida por Studio Ghibli. Su nombre original es Omohide Poro Poro (おもひでぽろぽろ), que significa “Los recuerdos no se olvidan”. La película está disponible para ver en streaming en Netflix.

  3. El realismo de Recuerdos del ayer. Esta película se aleja un poco del estilo de otras películas de Ghibli, como las famosas Mi vecino Totoro o El viaje de Chihiro, pues la fantasía no hace parte de la historia y se concentra en la vida de Taeko.

  4. Recuerdos del ayer es una de las mejores películas del Studio Ghibli y una de las más olvidadas. La película trata sobre cómo el pasado predispone nuestro futuro. La historia de cómo se hace el carmín para el maquillaje me ha parecido muy interesante, ya que aquí en España no se produce.

  5. 1 de ene. de 2014 · Recuerdos del ayer (en japonés Omohide poro poro, literalmente Los recuerdos no se olvidan) es la segunda película realizada por Isao Takahata para el Studio Ghibli, estrenada en Japón el 20 de julio de 1991. La película tuvo dos títulos en español, Recuerdos del ayer y Los recuerdos no se olvidan.

  6. 10 de jun. de 2020 · Dos estilos, pasado y presente. A nivel visual, Recuerdos del ayer presenta uno de los conceptos artísticos más singulares de Ghibli. El contraste visual entre la niñez de Taeko y su adultez es interesante y está muy bien trabajado. En este sentido, el aspecto más llamativo de Recuerdos del ayer es el uso del color.

  7. 30 de ene. de 2015 · En « Recuerdos del ayer » se utilizan diferentes estilos visuales: a modo de acuarelas poco definidas, colores apagados y un ligero viñeteado para las escenas del pasado, matizando así la condición lejana y etérea de los recuerdos; y otro más convencional para el presente, con contornos bien definidos y unos colores más vibrantes.