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  1. 5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, 6 y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. 7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. 9 Porque ...

  2. Jesús sana al siervo de un centurión. ( Mt. 8.5-13) 7 Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en Capernaum. 2 Y el siervo de un centurión, a quien este quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. 3 Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que ...

  3. 2 Había allí un centurión cuyo siervo, a quien él estimaba mucho, estaba enfermo, a punto de morir. 3 Como oyó hablar de Jesús, el centurión mandó a unos líderes religiosos de los judíos a pedirle que fuera a sanar a su siervo. 4 Cuando llegaron ante Jesús, rogaron con insistencia:

  4. 11 de ago. de 2014 · Introducción. A. Mientras que Juan presenta a Jesús como el Hijo divino de Dios, y Mateo Le presenta como el Gran Rey, Marcos se enfoca en el rol de Jesús como un siervo para Dios y la humanidad. B. Jesús dijo que “no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45).

  5. Jesús sana al siervo de un centurión. ( Mt. 8.5-13) 7 Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en Capernaum. 2 Y el siervo de un centurión, a quien este quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. 3 Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que ...

  6. Según la Biblia, uno de los discípulos, Simón Pedro, estando armado con una espada, le cortó la oreja al siervo en un intento de impedir el arresto de Jesús . Texto bíblico. Los textos bíblicos de los cuatro evangelistas son los siguientes: Según San Mateo (26:47-54)

  7. 1Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. 2Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 3Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio.