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  1. La santidad en la Biblia, lo que es la santidad en las escrituras. Entonces la santidad no es para Dios, sino por causa de Dios (Levíticos 19:2). Dios es la fuente inagotable de la santidad. De él emana la santidad, se comunica al hombre a través del nuevo nacimiento, por medio del Espíritu Santo.

  2. 26 de jun. de 2023 · La santidad, en su significado más básico, no es separación, sino más bien lo contrario: es ser consagrado a devoto a Dios. En cuanto a Dios esto significa que Dios es Dios, que Él es único y no hay otro como Él y que Él es completamente devoto a Su gloria ( Éx 3:14; 1 S 2:2; Is 40:25 ).

  3. La santidad sólo resulta de una relación correcta con Dios al creer en Jesucristo como Salvador (aceptando Su regalo de vida eterna). Si no hemos puesto nuestra fe en el Hijo de Dios para salvarnos de nuestros pecados, entonces nuestra búsqueda de la santidad es en vano.

  4. 12 de oct. de 2021 · La santificación de los creyentes fue una de las peticiones principales que Cristo tuvo en mente al orar al Padre, antes de ir a la cruz: «No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad; tu Palabra es verdad» ( Juan 17:15-17 ).

  5. 5 de abr. de 2019 · Como comenta el teólogo Louis Berkhof, el principal significado de santidad es la trascendencia de Dios. [5] Esto significa que Dios es, en un sentido absoluto y ontológico (relacionado con su Ser), distinto a su creación.

  6. La Biblia exhorta a los creyentes a vivir vidas santas, es decir, separadas del pecado y consagradas a Dios. En 1 Pedro 1:15-16 se lee: "Sed santos, porque yo soy santo". Esta llamada a la santidad implica una transformación interior que se refleja en una conducta íntegra y piadosa, basada en el amor a Dios y al prójimo.

  7. La santidad, la vida dedicada a Dios, impactará sus actitudes. Quien vive en santidad no habla ni actúa tal como lo hacen los que no aman a Dios. Vivir una vida santa es vivir la vida como Dios desea. Para lograrlo, hay que tener una relación bien estrecha con Dios manteniéndose atentos a su voz, obedeciéndole en todo.