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¿Cuál es en realidad la diferencia entre tentación y pecado? En mi vida cristiana puedo sentirme impuro cuando soy tentado, y que he pecado en mis pensamientos. De hecho, esto no es verdad. La tentación no es pecado, más bien, es una prueba de mi fe, y por medio del evangelio puedo soportar la tentación ¡sin cometer pecado alguno!
Respuesta. La tentación, por su propia naturaleza, está mal. La ley moral de Dios está escrita en el corazón de cada ser humano (Romanos 1:20), y cuando se presenta una tentación pecaminosa, nuestra conciencia percibe inmediatamente el peligro. Sin embargo, la tentación en sí no es el pecado.
Todos tenemos distintas tentaciones, pero Dios nos pide que discernamos sobre lo que se presenta como bueno y deseable porque, de la decisión que tomemos, dependerá el estado de nuestra alma. El...
La tentación y el pecado son temas recurrentes en la Biblia y han sido objeto de estudio y reflexión por parte de teólogos y estudiosos de la religión durante siglos. En este artículo, nos enfocaremos en Santiago 1:13–15, un pasaje que aborda la relación entre la tentación y el pecado.
Las tentaciones llegan continuamente a nuestras vidas, de diferentes formas y con un amplio abanico de posibilidades, que quedan recogidas en la lista de los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, envidia, ira, lujuria, gula, pereza. En otras listas se añadía la acedia (o tristeza espiritual). ¿Cómo funciona la tentación?
Santiago 1:14-15. “ Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.”.
La tentación lleva al pecado y acarrea consecuencias que pueden causar daño personal y afectar a otros. ¿Qué es la tentación y cómo podemos enfrentarla? Uno de los aspectos que definen nuestra vida como cristianos es la importancia que le damos a nuestras debilidades y deseos.
