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Jarra. Autor: Esopo. Había una vez un cuervo sediento que voló durante mucho tiempo en busca de agua, hasta que encontró una jarra con un poco del preciado líquido. La jarra tenía un largo y estrecho cuello y por mucho que lo intentara, el cuervo no podía alcanzar el agua con su pico. Desesperado, el cuervo pensó en derribar la jarra y ...
30 de abr. de 2024 · El cuervo se puso muy, pero muy contento: - ¡Agua, agua! finalmente podré matar mi sed. Sin pensar dos veces, el cuervo bajó en picado hacia la jarra e intentó beber el agua que quedaba en su fondo. Metió su pico en la jarra pero no puede alcanzar el agua. Metió un poco más el pico, zarandeó la jarra y nada.
El Cuervo y la Jarra: cuento corto En un día de verano abrasador, cuando el sol era implacable y el cielo estaba desprovisto de nubes, un cuervo negro, cuyas plumas brillaban con tonos azulados bajo la luz del sol, volaba fatigosamente sobre un campo reseco. La sed lo atormentaba, su garganta estaba seca como el polvo que cubría la tierra. En su desesperada búsqueda de agua, el cuervo ...
11 de jul. de 2021 · El cuervo y la jarra. El cuervo y la jarra: Había una vez un cuervo sediento que buscaba agua en un día de mucho calor.Después de mucho volar, encontró una jarra con un poco de agua en su interior. Pero cuando intentó beber, descubrió que el agua estaba demasiado baja en la jarra y su pico no alcanzaba a sumergirse lo suficiente para saciar su sed.
El cuervo se preguntaba si tendría que resignarse a morir de sed teniendo el agua allí mismo, cuando de pronto, tuvo una idea. Tomó una piedrecilla, la dejó caer al fondo de la jarra y vio subir un poco el nivel del agua. Entonces, llenó el fondo con unas cuantas piedrecillas más, y de esta manera pudo satisfacer su sed y salvar su vida.
17 de ene. de 2018 · Aquí tienes el cuento de El cuervo y la jarra diseñado especialmente para leer con los niños. La lectura es un elemento fundamental en la educación, tanto pa...
tratar de beber el agua antes de que la tierra la absorbiera. El cuervo y la jarra Un caluroso día de verano, de esos en los que el sol quema y obliga a todos los animales a resguardarse a la sombra de sus cuevas y madrigueras, un cuervo negro como el carbón empezó a sentirse cansado y con mucha sed.
