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1 Entonces Dios habló todas estas palabras diciendo:. 2 Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre (de la esclavitud).. 3 No tendrás otros dioses delante de Mí.. 4 No te harás ningún ídolo (imagen tallada), ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
Éxodo Capítulo 1 Estos son los nombres de los hijos de Israel que llegaron con Jacob a Egipto, cada uno con su familia: - Biblia Católica (Latinoamericana)
Los Diez Mandamientos -(Dt. 5.1-21) -Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás ...
Uno de los mandamientos más importantes de la Biblia es aquel que se relaciona con la creación de imágenes y semejanzas de cualquier cosa que se encuentre en el cielo, en la tierra, o en las aguas subterráneas. Éxodo 20:4 establece este mandamiento de manera clara y precisa, y nos recuerda que debemos evitar hacer cualquier representación visual que vaya en contra de la adoración a Dios.
26 de sept. de 2023 · Según relata el libro bíblico del Éxodo, los israelitas, establecidos en Egipto desde los tiempos de José, eran víctimas de una dura opresión a manos de los faraones.Uno de ellos, Moisés, educado en la corte faraónica desde que fuera recogido en una cesta en el Nilo, redescubrió su identidad judía y, tras matar a un egipcio que maltrataba a sus compatriotas, huyó al desierto.
16 de abr. de 2019 · Éxodo nos relata cómo Dios rescató a los israelitas de la esclavitud en Egipto, confrontando y destruyendo a Faraón. Luego nos cuenta cómo el pueblo de Israel fue guiado en el desierto por el siervo Moisés. En el desierto, Dios llamó a Israel a una relación de pacto con Él. Sin embargo, ellos quisieron adorar a otro Dios.
En el tiempo de Dios, el éxodo marcó el final de un período de opresión para los descendientes de Abraham (Gn. 15:13), y constituyó el principio del cumplimiento de la promesa de pacto dada a Abraham de que sus descendientes no solo residirían en la Tierra Prometida, sino que también se multiplicarían y se volverían una gran nación (Gn. 12:1-3, 7).
