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  1. 18 de abr. de 2021 · Madre de Arthur Rimbaud. Sus padres se separan antes de nacer la última hija, cuando Arthur tenía 6 años. Su madre, al cuidado de los cuatro hijos, se declaró viuda y tuvo dificultades para mantenerlos, por lo que se trasladó a un barrio obrero. Llamado por la escritura desde muy corta edad, a sus nueve años escribe sus primeras prosas.

  2. El Barco Ebrio: Uno de los poemas más conocidos de Rimbaud es "El Barco Ebrio". En este poema, el autor nos sumerge en un viaje surrealista y onírico a través de un océano tempestuoso. Utilizando una combinación de metáforas impactantes y lenguaje descriptivo, Rimbaud evoca una sensación de desesperación y búsqueda de libertad.

  3. Biografía Infancia Arthur Rimbaud a los 11 años, en su primera comunión. Su padre, Frédéric Rimbaud, capitán de infantería, nació en Dole el 7 de octubre de 1814, mientras que su madre, Vitalie Cuif, era originaria de Roche, donde llegó al mundo el 10 de marzo de 1825.Ambos se casaron el 8 de febrero de 1853, trasladándose a un apartamento en la calle Napoleón [4] en Charleville ...

  4. Acaso no imaginas…. [Poema - Texto completo.] Arthur Rimbaud. ¿Acaso no imaginas por qué de amor me muero? La flor me dice: ¡Hola! ¡Buenos días!, el ave. Llegó la primavera, la dulzura del ángel. ¡No adivinas acaso por qué de embriaguez hiervo! Dulce ángel de mi cuna, ángel de mi abuelita,

  5. Poemas de Arthur Rimbaud. Arthur Rimbaud, Nicolas Arthur Rimbaud (Charleville, Francia, 20 de octubre de 1854 – Marsella, 10 de noviembre de 1891), poeta francés. Nació en el seno de la clase media rural de Charleville, Mézières, en el Dep...

  6. [Poema - Texto completo.] Arthur Rimbaud «Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde se abrían todos los corazones, donde todos los vinos fluían. Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. —Y la encontré amarga.— Y la injurié. Me armé contra la justicia.

  7. bajaban, regolfando, ahogados a dormir. Y yo, barco perdido bajo cabellos de abras, lanzado por la tromba en el éter sin pájaros, yo, a quien los guardacostas o las naves del Hansa. no le hubieran salvado el casco ebrio de agua, libre, humeante, herido por brumas violetas, yo, que horadaba el cielo rojizo, como un muro.