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  1. J’ai rencontré arthur rimbaud A l’aube d’un nouveau jour, J’ai quitté ma patrie pour l’amour d’un poète. Dans les rues de Paris, J’ai rencontré Arthur Rimbaud. Il était si beau, Et si inteligente, Que je suis tombée amoureuse de lui. Mantenimiento, je vis avec lui, Et je suis heureuse. Merci, Arturo, Pour tout l’amour que tu m’as donné. Ian Rojas Compartir este Poema ...

  2. Jean Nicolas Arthur Rimbaud (Charleville, 20 de octubre de 1854 – Marsella, 10 de noviembre de 1891) conocido como Arthur Rimbaud fue un poeta francés simbolista, célebre por su poesía transgresiva y temáticas surreales que influyeron en la literatura y artes modernas como el decadentismo, la prefiguración del surrealismo y la generación beat. Nació en Charleville, comenzó a escribir ...

  3. Itifálicos, soldadescos, sus insultos le han depravado. Por la tarde dibujan frescos. itifálicos, soldadescos. ¡Mares abracadabrantescos, que el corazón sea salvado! Itifálicos, soldadescos, sus insultos le han depravado. Autor del poema: Arthur Rimbaud.

  4. Lo imposible. [Poema - Texto completo.] Arthur Rimbaud. ¡Ah! Aquella vida de mi infancia, la gran ruta a través de todos los tiempos, sobrenaturalmente sobrio, más desinteresado que el mejor de los mendigos, orgulloso de no tener ni país ni amigos, qué estupidez más grande. —¡Y sólo ahora me doy cuenta!

  5. Poema OFELIA de Arthur Rimbaud. OFELIA, IEn las aguas profundas que acunan las estrellas, blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio, flota tan lentamente, recostada en sus velos... cuando tocan a muerte en el bosque lejano.Hace ya m.

  6. 3 de jul. de 2023 · Jean Nicolas Arthur Rimbaud, uno de los poetas más influyentes y enigmáticos de la historia de la literatura, nació el 20 de octubre de 1854 en Charleville, una pequeña ciudad en la región de las Ardenas, en Francia. Desde una edad temprana, Rimbaud demostró un talento excepcional y una mente creativa prodigiosa que lo llevaría a revolucionar la poesía y a convertirse en un ícono del ...

  7. bajaban, regolfando, ahogados a dormir. Y yo, barco perdido bajo cabellos de abras, lanzado por la tromba en el éter sin pájaros, yo, a quien los guardacostas o las naves del Hansa. no le hubieran salvado el casco ebrio de agua, libre, humeante, herido por brumas violetas, yo, que horadaba el cielo rojizo, como un muro.