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  1. 7 de dic. de 2021 · Stephen King y Stewart O'Nan han escrito a cuatro manos el relato "Un rostro en la multitud" y me ha sorprendido muy gratamente. Se podría decir que "Un rostro en la multitud" empieza siendo un relato de una historia un tanto corriente: Dean Evers se ha aficionado al beisbol a raíz de quedarse viudo.Además nos cuenta algunas cosillas de su día a día, las comidas o la situación de la casa.

  2. Dos filas detrás de la multitud, en el asiento asignado a un invitado especial, alguien le mira fijamente desde el otro lado del televisor. Es el rostro de una persona de su pasado, de hace décadas, de alguien que no debería estar en un partido de béisbol ni tampoco en ningún lugar de este planeta.

  3. 25 de nov. de 2016 · Cinefórum XIII – Un rostro en la multitud. Ismael Rodríguez Gómez 25 noviembre, 2016. 0. Un hombre corriente nos regalaba las peripecias de un tipo aparentemente normal, aunque en realidad fuese una suerte de Woody Allen bonaerense que se convertía de la noche a la mañana en una sensación televisiva. La idea era tan buena que no ...

  4. 29 de may. de 2008 · Un rostro en la multitud. Marcia Jeffries descubre el potencial mediático de Larry, conocido como Solitario Rhodes, un vagabundo que se convierte en una estrella de la televisión.

  5. Un rostro en la multitud es una película dramática satírica estadounidense de 1957 dirigida por Elia Kazan y protagonizada por Andy Griffith, Patricia Neal y Walter Matthau. El guion es de Budd Schulberg y está basado en su relato corto «Your Arkansas Traveler», de la colección de 1953 Some Faces in the Crowd.

  6. Dos filas detrás de la multitud, en el asiento asignado a un invitado especial, alguien le mira fijamente desde el otro lado del televisor. Es el rostro de una persona de su pasado, de hace décadas, de alguien que no debería estar en un partido de béisbol ni tampoco en ningún lugar de este planeta.

  7. Un rostro en la multitud. El viudo Dean Evers se pasa las tardes frente al televisor viendo un partido de béisbol tras otro. Un día empieza a reconocer rostros de personas de su pasado entre las gradas. Desde la muerte de su mujer, Dean Evers se pasa las tardes apoltronado en el sofá viendo partidos de béisbol.