Yahoo Search Búsqueda en la Web

Resultado de búsqueda

  1. Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado (en Cristo) (Efesios 1:6). Somos santos. Dios tiene un nombre nuevo para los creyentes. El llama a los creyentes "santos en Cristo Jesús". La palabra "santo" quiere decir uno que es perfecto y libre de toda culpa. A los ojos de Dios, cada creyente es un santo en ...

  2. Cuando Cristo fue crucificado, el viejo hombre fue crucificado juntamente con él, dando como resultado que el cristiano ya no es un esclavo del pecado (Romanos 6:6). "y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia" (Romanos 6:18). En el momento de la conversión, el cristiano recibe una nueva naturaleza. Es instantáneo.

  3. 1 12 Lecciones para Nuevos Creyentes. 1.1 1. Dios nos Amó incluso antes de que lo conociéramos. 1.2 2. El pecado nos había Separado de Dios. 1.3 3. Jesucristo es el único camino a Dios. 1.4 4. Solo en Cristo tenemos Salvación.

  4. Ese hombre, que es la verdad de Cristo glorioso, es el que deben aprender a conocer. El conocimiento de Jesucristo es necesario, así, no solo para el crecimiento eclesial, sino que es también fundamento de la conducta moral de los creyentes, ya que en él formamos un hombre nuevo. El contenido de la enseñanza recibida hace referencia a ...

  5. Respuesta. La nueva criatura se describe en 2 Corintios 5:17: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas". La frase "de modo que" nos remite a los versículos 14-16 donde Pablo nos dice que todos los creyentes han muerto con Cristo y ya no viven para sí mismos.

  6. 29 de may. de 2020 · Podemos decir que la obra de Cristo aquí es conceder al creyente el derecho de ser hijo, mientras que la del Espíritu es revelar al espíritu humano la maravillosa verdad de que somos hijos de Dios (cf. Ro. 8:15-16). Su obra se desarrolla en el corazón del hombre y esta verdad nos impulsa a clamar, ¡Padre!

  7. 3 de jun. de 2011 · 22. En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado. Porque Adán, el primer hombre, era figura del que había de venir, es decir, Cristo nuestro Señor, Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación.