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Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad. en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas. como también nosotros perdonamos.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
El Padre nuestro - Vosotros, pues, orad de esta manera: «Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
El padrenuestro o padre nuestro 1 —en latín: Pater Noster — es la oración cristiana por excelencia y elaborada por Jesús de Nazaret según relatan el Evangelio de Mateo ( Mateo 6, 9-13) y el Evangelio de Lucas ( Lucas 11, 1-4).
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Llamar a Dios “Padre” es una forma de expresarle nuestro afecto. Al decir “nuestro” y “perdona nuestras deudas” estamos rogando por todos en general, pues es el amor al prójimo el que nos mueve a expresarnos así. Con la parábola del fariseo y del publicano Jesús nos enseña la humildad en la oración.