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  1. "Entonces el Señor Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre. Y el Señor Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado."

  2. el bien el mal son elecciones de emociones,con intenciones que crean consecuencias en cualquiera de las situaciones en las que nos encontremos y lo que estemos haciendo en el lugar que estemos solo o solas y con los demas la cantidad que sean que esten.

  3. La enemistad entre la mujer y la serpiente apunta hacia la futura victoria de Cristo sobre Satanás y su obra. Jesucristo, quien es descendiente de la mujer (María), vino al mundo para redimir a la humanidad y derrotar el poder del pecado y la muerte. En la cruz, Cristo aplastó la cabeza de la serpiente, cumpliendo así la profecía de ...

  4. 29 de may. de 2019 · Sócrates (470-390 AC): Este gran filósofo griego pensó que la pregunta más importante antes del hombre es la determinación del bien y el mal. Según él, el conocimiento del bien y el mal y sus criterios están imbuidos en el hombre y puede diferenciar entre los dos si así lo desea.

  5. El estado de enemistad cristiana también es una llamada constante a los cristianos para que tengan cuidado y respeten los límites del bien y del mal. Los cristianos deben tomar conciencia de su responsabilidad moral al elegir una u otra acción, junto con comprender cómo sus decisiones afectarán las vidas de otros.

  6. Y pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el calcañar. A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.

  7. El deber marca la diferencia radical entre el bien y el mal, nos ayuda a distinguir a uno de otro: el bien debemos hacerlo, el mal hay que evitarlo. Pero el contenido de ese deber no depende de nuestra voluntad o de lo que nos apetezca, sino de lo que de verdad nos hace mejores como personas, o sea, de lo que es correcto.