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  1. El creyente es feliz. El que duda es sabio. Si se me pidiera que definiera en pocas palabras el término arte, lo llamaría la reproducción de lo que los sentidos perciben en la naturaleza a ...

  2. 25 de ene. de 2016 · El creyente es feliz. El que duda es sabio. Para mí, la poesía no ha sido un propósito, sino una pasión. Definiría, en resumen, la poesía de las palabras como la creación rítmica de la belleza. Todo lo que vemos o sentimos es solo un sueño dentro de un sueño.

  3. 29 de ene. de 2024 · El que duda es sabio. -Incluso en la tumba, no todo está perdido. -Soy un escritor. Por consiguiente, no estoy cuerdo. -A la muerte se le toma de frente con valor, y después se le invita a una copa. -Convencido yo mismo, no busco convencer a los demás. -Las cosas invisibles son las únicas realidades. -Más cuerdo es el que acepta su propia ...

  4. 57. ¿Acaso no existe en nosotros una eterna inclinación, a despecho de la excelencia de nuestro juicio, a violar ‘la ley’ simplemente porque reconocemos que es la ley? Hay algo que nos incita a cometer actos fuera de la ley. 58. El creyente es feliz. El que duda es sabio. A veces debemos ser más sabios que creyentes. 59.

  5. 24 de mar. de 2018 · 26. El creyente es feliz. El que duda es sabio. La duda es el signo característico de las personas inteligentes. 27. En una noche pavorosa, inquieto releía un vetusto mamotreto cuando creí escuchar un extraño ruido. Así empieza “El Cuervo”, uno de sus poemas más conocidos. 28. Años de amor han sido olvidados, en el odio de un minuto.

  6. Dudar significa vacilar entre una creencia y otra. Implica indecisión, “creer y descreer a la vez” o, en palabras del notable teólogo alemán Karl Barth (1886-1968), oscilar entre “sí” y “no”. Quien duda tiene, por definición, algo de fe – de lo contrario ya se habría decidido por el “no”.

  7. 8 de abr. de 2019 · 1. El creyente verdadero no lleva una vida de pecado y ama la pureza. “Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él. No puede pecar, porque es nacido de Dios.”, 1 Juan 3:9. Un cristiano no tiene perfección ( 1 Jn. 1:8 ). Sin embargo, tiene dirección.