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  1. A diferencia de los dibujos al pastel y las pinturas sobre lienzo, Degas no produjo una colección completa de esculturas inspiradas en bailarinas. Sin embargo, la única pieza que creó, La pequeña bailarina de catorce años , se ha convertido en una de sus representaciones de bailarinas más famosas.

  2. Pastel sobre papel. 95 x 75 cm. Museo de Orsay, París. El pintor Edgar Degas hace gala aquí de su mirada particular sobre la profesión de las bailarinas. Exalta un momento de espera que no implica solo a la bailarina, sino a la mujer que le acompaña, que brinda apoyo y protege a la joven. El esfuerzo no es solo individual.

  3. 15 de ago. de 2020 · Esta obra tiene todo lo que debe haber en un Degas: bailarinas, líneas, puntos, colores pasteles, texturas y cambios de anatomía. Se puede considerar hasta poético el hecho de que aparezca el nombre de los colores en la obra. En esta pintura retrata a dos jóvenes bailarinas en lo que parece ser un momento de descanso después de ...

  4. El cuadro Bailarinas azules es una obra maestra pintada por el reconocido artista francés Edgar Degas. Esta impactante obra captura la elegancia y gracia de un grupo de bailarinas en un estudio de danza. La paleta de colores utilizada por Degas, dominada por tonos azules y blancos, resalta la delicadeza y movimiento de las bailarinas.

  5. Considerado uno de los fundadores del Impresionismo, aunque él mismo rechazaba el nombre y prefería llamarlo realismo o arte realista, Degas fue uno de los grandes dibujantes de la historia por su magistral captación de las sensaciones de vida y movimiento, especialmente en sus obras de bailarinas, carreras de caballos y desnudos.

  6. Dos bailarinas den el escenario de Degas. Edgard Degas pasaba horas en los teatros de ballet. Estaba antes y después de los recitales, en los ensayos y en los descansos, en el escenario, entre el público y entre bastidores.

  7. Aunque Degas es reconocido principalmente por sus caballos y bailarinas, inició su carrera con pinturas históricas convencionales, como La hija de Jephthah (1859-61) y Los jóvenes espartanos (1860-62), en los cuales sin embargo el tratamiento de las figuras es notablemente anticonvencional.