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En resumen, las misiones cristianas son obedecer a Cristo, compartir a Cristo y depender de Cristo. Específicamente, Dios envía misioneros a través del apoyo de la iglesia a los no alcanzados. Todos los cristianos, sin embargo, tienen la misión de la reconciliación.
Las misiones religiosas son un plan de la iglesia católica que tiene como finalidad impartir la labor social y mostrar la iglesia en las comodidades con más difícil acceso, de modo de que sus habitantes conozcan el amor de Jesucristo y el evangelio.
Llamamos “las misiones” a los territorios donde esa misión está comenzando y por eso es necesaria la ayuda personal de los misioneros y la ayuda económica de la iglesia universal. Existen 1.123 Territorios de Misión. Se extienden por África y Asia, las islas de Oceanía y América.
Un discípulo es una persona que aprende de otra y se esfuerza por imitarla. Las misiones cristianas consisten en enseñar a otros la verdad sobre Jesús, mostrarles que lo necesitan y, una vez que el Espíritu Santo los haya atraído, animarlos a vivir de acuerdo con las enseñanzas de Jesús.
16 de oct. de 2020 · 1. ¿Qué son las misiones? Se suelen llamar ‘misiones’ a iniciativas, actividades y lugares destinados a evangelizar a quienes se encuentran en regiones lejanas, aisladas y no conocen a Cristo. Pero hoy en día, se incluyen también a quienes tenemos alrededor, a los que están cerca de nosotros, pero alejados de Dios.
Misión es la predicación del evangelio llevada a cabo por religiosos que se desplazan entre localidades o fuera del país de origen. 1 Puede referirse también a los asentamientos o colonias establecidas por misioneros para evangelizar a los nativos en regiones inhóspitas y a su vez prestarles ayuda humanitaria, como también ...
2 de jul. de 2020 · 1) Pasión por la gloria de Dios. Este es el motivo más importante para hacer misiones. La gloria de Dios es la razón fundamental de las misiones porque Su gloria es el propósito de todas las cosas (1 Co. 10:31). La intención de la redención global es la exaltación de Dios y solo Dios: “Mi gloria, pues, no daré a otro” (Is. 48:11).
