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La pureza espiritual se refiere a la limpieza y la claridad de nuestro ser interior. Es la ausencia de cualquier contaminación espiritual, como el pecado, la impureza, la inmoralidad y la deshonestidad. La pureza espiritual se relaciona directamente con nuestra relación con Dios y nuestro prójimo.
25 de oct. de 2017 · La verdadera pureza espiritual (Mateo 15:1-9) ~ Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra. By Walter Cuadra Evangelio según Mateo. “Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.
La pureza, según la Biblia, se refiere a la limpieza y la integridad del corazón y del espíritu. Es un estado de ser libre de toda contaminación moral y espiritual. En la Biblia, se nos anima a buscar la pureza en nuestros pensamientos, palabras y acciones.
Se refiere a la calidad de ser limpio y libre de cualquier impureza o contaminación, y se asocia con la santidad y la perfección moral. La pureza también se relaciona con la idea de separación y la necesidad de mantenerse apartado del pecado y cerca de Dios. Última actualización: 13 mayo, 2023.
1. La importancia de la pureza en la vida cristiana. La pureza es un concepto central en la enseñanza de la Biblia y se refiere a vivir una vida moralmente limpia y libre de pecado. En varios textos bíblicos, como en Mateo 5:8, se nos insta a buscar la pureza de corazón, ya que solo aquellos que son puros de corazón podrán ver a Dios.
La pureza se refiere a la limpieza moral y espiritual, a mantenernos alejados del pecado y a vivir de acuerdo con los principios divinos. La Biblia nos insta a mantenernos puros en nuestros pensamientos, palabras y acciones, para que podamos experimentar la plenitud de la vida en Cristo.
- 0. El Vivir en pureza en Pureza según la Biblia. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,” Efesios 1:3-4.
