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Júpiter (en latín: Iuppiter, también llamado Jove [Iovis]) es el principal dios de la mitología romana, padre de dioses y de hombres (pater deorum et hominum). Su equivalente griego es Zeus (en griego antiguo Ζεύς [ Zeús ]), aunque esta deidad latina no fue tomada de la mitología griega, como sí ocurrió en otros casos.
Júpiter es el dios de la luz en la mitología romana. Considerado como el padre de todos, era el responsable de mantener el equilibrio entre dioses y mortales.
Júpiter, conocido como Zeus en la mitología griega, es el rey de los dioses en la mitología romana. Es adorado en templos y lugares sagrados, como la colina Capitolina, y tiene festivales y celebraciones dedicados a su honor.
Júpiter ocupa un lugar central en la mitología romana como el dios supremo y el padre de los dioses. Se le atribuye el gobierno del universo y se le considera el protector de la ciudad de Roma y de su imperio. Júpiter es también el dios de la justicia, la ley y el orden.
Júpiter (también conocido como Zeus en la mitología griega), era el rey de los dioses en la mitología romana, el dios del trueno, de la luz y del cielo, de las tormentas y de los relámpagos.
Júpiter es el dios padre de la mitología romana, de hecho es la principal divinidad de este panteón mitológico. Es el padre de todos los dioses y de todos los hombres, lo cual lo convierte en un dios realmente importante entre todas las demás divinidades romanas.
La suprema deidad del panteón romano, el poderoso Júpiter era un dios del cielo y del trueno cuyos símbolos eran el roble y el águila. Gobernaba como miembro dominante de un triunvirato llamado la Triada Capitolina, que incluía a su consorte Juno y a su hija Minerva.
