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  1. Dios permitió que la brecha fuera sanada a través del sacrificio de Jesucristo. Fue por el amor que Dios siente por nosotros que estuvo dispuesto a sacrificar a su propio hijo por la humanidad (Juan 3:16). Toda la idea central de la iglesia cristiana y el ministerio se trata de esta reconciliación.

  2. Porque hoy tienes libertad para adorarlo: lo que antes te alejaba ya no está, porque has sido redimido con su sangre. Respira para la gloria de su nombre y sírvele con todo tu ser. Jesús nos ama y por amor sacrificó su vida para darnos vida eterna con él. A través de ese sacrificio podemos ser salvos de nuestros pecados.

  3. El sacrificio de Jesús es tan eficaz, y su poder transformador es tan poderoso, que transforma todos los aspectos de la vida. A tal punto que nuestro carácter, costumbres, pensamientos y nuestro trato con las demás personas se transforma día a día semejante a la imagen de Jesús.

  4. En resumen, el sacrificio redentor de Jesús en la cruz es el acto supremo de amor y sacrificio que nos ofrece la oportunidad de ser reconciliados con Dios. Su muerte expiatoria es suficiente para perdonar nuestros pecados y brindarnos salvación.

  5. 25 de ene. de 2024 · Este versículo muestra la inmensa muestra de amor de Dios hacia nosotros al entregar a su único Hijo como un sacrificio por nuestros pecados. Jesús, al morir en la cruz, nos redimió de la condenación eterna y nos ofreció el regalo de la vida eterna a través de la fe en Él.

  6. 11 Entonces Cristo ahora ha llegado a ser el Sumo Sacerdote por sobre todas las cosas buenas que han venido.[ a] Él entró en ese tabernáculo superior y más perfecto que está en el cielo, el cual no fue hecho por manos humanas ni forma parte del mundo creado. 12 Con su propia sangre—no con la sangre de cabras ni de becerros—entró en el Lugar Sant...

  7. El sacrificio de Cristo, una vez y para siempre. 10 El sistema antiguo bajo la ley de Moisés era solo una sombra—un tenue anticipo de las cosas buenas por venir—no las cosas buenas en sí mismas. Bajo aquel sistema se repetían los sacrificios una y otra vez, año tras año, pero nunca pudieron limpiar por completo a quienes venían a adorar.

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